Porque cuando empiezas a practicar Yoga es una de esas «cosas» que cuando permites que entren en tu vida ya no dejarás escapar, por algo muy sencillo, aporta todo lo que necesitas realmente en tu vida para ser feliz y sentirte completo. 

Casi 500 millones de personas en el mundo practican Yoga como forma de introducir en la rutina diaria una actividad dedicada al cuidado de uno mismo ya que mejora la salud, física y mental, aporta las herramientas necesarias para rebajar, calmar y soltar el estrés que esta sociedad provoca por mil millones de causas y motivos, y si quieres, puedes adquirir hábitos y comportamientos que no solo te ayudan a ti, también a los que te rodean, al hacer que poco a poco seas mas consciente de cómo te comportas, hablas, transmites y te comunicas con los demás.

Te va puliendo, haciéndote ver límites sin sobrecargar, ni saturar, te abre los ojos hacía la percepción de tu vida y a ti en esa vida, desde un plano en el que puedes observar cómo actuar ante ella, creando la libertad que realmente necesitas para sentirte bien con cada objetivo de tu día a día.

Es como cuando estás en una colchoneta flotando en una lago en calma, y la pequeña corriente submarina hace que se vaya moviendo suavemente hacía la orilla. 

De ti depende si metes la mano en el lago y cambias el rumbo, de ti depende si quieres ir mas deprisa y agitas las piernas y los brazos para ir hacia el sentido contrario luchando, de ti depende sentirte culpable por estar tumbado y dejarte arrastrar por la corriente, de ti depende cada pequeña variante y acción a tomar en cuenta. 

Yoga está ahí para que entiendas y comprendas que puedes disfrutar del viaje y  hace que puedas percibir con mas claridad la brisa, el sol, el cielo y las nubes que hay en tu vida. 

De ti depende si te metes y zambulles en el lago para investigar cómo es esa corriente te arrastra, sólo porque necesitas comprender y entenderla física y mentalmente para creer en ella.

Puedes aprender a dejarte llevar por ella, perder limites, miedos, conceptos absurdos que no te ayudan en nada, sólo para poner más peso en la colchoneta, hasta hundirla y a ti con ella.

De ti depende…

Yo estoy en mi colchoneta preparada para disfrutar de mi lago, mi travesía y mi viaje y hacia donde me lleve será donde tenga que llegar; observar los pequeños giros y cambios de rumbo que tiene preparados para que vea el bonito paisaje del lago y de la vida.

¿Te vienes conmigo de viaje?

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